Para celebrar el solsticio de invierno, hoy nos hemos adentrado por el lado sur de las faldas del Moncayo. Y cómo no, corriendo! (bueno, donde se podía). Desde el Monasterio de Veruela, pasado Vera del Moncayo se puede acceder a Añón, a unos 6 km. Desde el pueblo hemos partido al sur por un sendero precioso que pasaba por un antiguo lavadero en dirección a la GR 90 y luego hemos tomado al SW la PR-Z3 hasta las parideras de la Morana. De ahí en adelante, continua subida a través de un bonito sendero por los barrancos de la Morana y Horcajuelo, hasta alcanzar la GR 90, a unos 1600m. La nieve helada nos ha acompañado durante buena parte de la subida. Desde ahí, hacia el este, se llega al collado de la Estaca. Impresionantes vistas de las solitarias Peñas de Herrera, así como de todo el Pirineo nevado, muchos montes de Navarra y hasta incluso el Pais Vasco que no alcanzaba a distinguir.
Desde el collado de la Estaca, bajada por pista que pone a prueba las rodillas esquivando y saltando a través de montículos de nieve esculpida por el creo que viento espectacular que debe soplar por esa zona (aunque hoy, afortunadamente) no hemos tenido ocasion de sufrir, je je. Bajamos hasta las parideras de Picabrero y volvemos a tomar la GR 90, que nos lleva, ya sin tanto desnivel, por campos labrados y bosques de encinas hasta Añón. Visita obligada al bar del pueblo y alrededores. Fin del trayecto.
